El jaguar
Javier Torres *
* Especialista en fauna silvestre
El jaguar es un animal solitario y silencioso. Su figura es emble-mática para casi todas las cultu-ras de Centro y Sudamérica. Es el felino más grande de las Américas, tiene un peso aproximado de 158 kg; los de mayor porte habitan la región del Pantanal en Brasil. Su cuerpo es robusto, puede medir hasta 185 cm de largo, la cola alcanza una longitud de 70 cm o más, las patas son relativamente cortas, miden aproximadamente 75 cm desde la base hasta el hombro.
El pelo puede variar de amarillo pálido a un café rojizo con manchas semicirculares en forma de roseta de color negro o café. En la cabeza y el vientre las manchas son simples puntos negros. Los jaguares negros son frecuentes y tienen manchas de rosetas todavía más negras (visibles con una luz fuerte). El jaguar negro es conocido como pantera, aunque pertenece a la misma especie.
Los primeros registros fósiles se remontan a unos dos millones de años. Migró a América desde el Viejo Mundo. En la actualidad, el jaguar se distribuye en países como Argentina, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guinea, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, sur de los Estados Uni- dos y Venezuela. Se considera extinto en El Salvador y Uruguay.
El jaguar se encuentra en una gran variedad de hábitats que incluyen desde selvas bajas, bosques secos, prados húmedos y matorrales áridos, hasta bosques montañosos, en alturas de hasta 3.000 m. Habita lugares con cuerpos permanentes de agua. El jaguar es un excelente nadador, aprovecha los recursos que le ofrecen ríos y lagunas, como peces, tortugas y otros reptiles acuáticos.
Estimar su población en la Amazona y la cuenca del Orinoco es una labor difícil. En algunas regiones se dice que jaguares son comunes, mientras en otras, aparentemente, el jaguar ha desaparecido. La cacería y la destrucción y contaminación de su hábitat son las mayores amenazas para esta poderosa especie.
El jaguar es el predador más formidable de la selva, por lo que se le tiene respeto y temor. También lo relacionan con la agilidad y la fuerza, pero sobre todo con la inteligencia.
En la Amazonía el jaguar se asocia con la figura del chamán, debido a la capacidad de este animal de trasladarse rápida y silenciosamente entre lugares distantes, así como por su dominio de amplios territorios. Según las comunidades indígenas, tiene poder sobre los demás animales y vegetales, por lo que es considerado como dueño de varias especies.
En las historias de los pueblos que habitan estas zonas, el ja- guar se relaciona con la gente y, especialmente, con los abuelos sabedores, quienes se transforman en él para llevar a cabo dife- rentes tareas como chamanes.
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